Limpieza de cocinas de restaurantes

La limpieza y desinfección de la cocina de un restaurante es vital para el buen funcionamiento del establecimiento. En primer lugar, es un asunto de salud pública y un factor crucial para la imagen y calidad del restaurante. Además, la limpieza de cocinas en restaurantes es fundamental para la seguridad de los trabajadores y clientes.

El primer punto que tenemos en cuenta las empresas de limpiezas en la cocina de un restaurante es la prevención; si queremos evitar accidentes lo mejor será cumplir siempre la normativa de prevención de riesgos laborales en el campo de la hostelería y la restauración.

En cuanto a la limpieza en concreto, hemos de pensar es un trabajo complejo, hay que asegurarse de desengrasar y desinfectar todas las superficies y utensilios, además de ser especialmente cuidadoso en aquellas zonas concretas en las que se manipulan los alimentos. Si queremos que la cocina de nuestro restaurante este en un perfecto estado tendremos que realizar una limpieza a diario, habiendo ciertos procesos como la limpieza de campanas extractoras que deben hacerse periódicamente; por lo tanto, la mejor opción es contar con el trabajo de profesionales especializados en la limpieza de cocinas.

Servicio integral de limpieza de cocinas

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Un servicio integral de limpieza y mantenimiento de cocinas ha de constar siempre de los siguientes trabajos:

El suelo de nuestra cocina ha de ser preferentemente limpiado a diario, ya que acumulará grasa, suciedad y restos de alimentos que han de ser retirados. El primer paso consiste en la retirada del polvo y los restos con un aspirador, evitando así la posibilidad de que habiten insectos y pequeños animales en nuestra cocina. En cuanto a esto, es recomendable someter la cocina a un proceso de desratización y desinsectación cada cierto tiempo, de este modo nos aseguramos completamente de que ninguna clase de insecto o animal habite en nuestra cocina. Posteriormente hay que proceder a la retirada de la grasa y manchas persistentes que haya en el suelo, evitaremos la opción de la lejía y los jabones lavavajillas, ya que al secar pueden hacer que el suelo se vuelva resbaladizo. La mejor opción será la limpieza con un detergente bactericida y un desengrasante potente con su debido registro sanitario y apto para su uso en cocinas, y posteriormente se friega y aclara con agua caliente. Para finalizar, es conveniente la aplicación de un producto específico con cualidades antideslizantes, así prevenimos posibles accidentes.

Las superficies de la cocina, tales como encimeras o estantes, han de ser tratadas específicamente, habitualmente fabricadas en acero, hemos de retirar bien la suciedad y posteriormente limpiar enérgicamente toda la superficie con una bayeta específica para este uso humedecida en agua y pulverizar previamente un producto desinfectante, posteriormente aplicamos un desengrasante a toda la superficie y lo retiramos con un paño de microfibra para impedir la acumulación de líquido sobre la encimera. Las superficies sobre las que se manipulan alimentos concretos como carnes o pescados deben seguir el mismo proceso, pero siempre por separado, sin utilizar los mismos utensilios para estas que para la limpieza general.

El caso de planchas y otras superficies de cocinado, como hornos o placas, aplicaremos un tratamiento exclusivo, utilizando un producto específico, aunque un buen truco es aplicar una pasta a base de bicarbonato de sodio sobre la superficie siempre en frio. Lo dejamos reposar unos minutos y lo retiramos cuidadosamente para que no quede ningún resto. Otro consejo es retirar la suciedad incrustada en la plancha cuando este caliente aplicando hielo, esto provocara un choque térmico en la superficie de la plancha que despegara fácilmente la suciedad, hay que tener cuidado en no aplicar una gran cantidad de hielo, con frotar una pequeña cantidad será suficiente, ya que sino el contraste de temperaturas puede agrietar nuestra plancha.

Otros electrodomésticos propios de las cocinas como las freidoras o las salamandras han de ser tratados de la misma forma, las freidoras han de ser vaciadas y limpiadas en profundidad para eliminar los restos de aceite, además de vertir estos restos de aceite en de manera controlada.

 

La limpieza de la campana extractora y de todo el sistema de extracción en general es fundamental para mantener la limpieza en la cocina, se recomienda una limpieza en profundidad cada 6 meses más o menos. El correcto funcionamiento de las campanas extractoras nos ayudara a que nuestra cocina no acumule tanta grasa, además de librarnos de humos y olores propios de la actividad en la cocina. La limpieza de la campana extractora se realiza con máquinas especiales que constan de una lanza con un cepillo de fibras de nailon en su extremo, que a su vez rocía a baja presión una espuma desinfectante y desengrasante. La espuma activa reacciona químicamente con la grasa y se queda adherida a la superficie, evitando el goteo de esta y haciendo más fácil su retirada. Posteriormente se realiza un aclarado y secado de la superficie para conseguir un acabado perfecto. Es conveniente también renovar los filtros o rejillas y limpiar los conductos del sistema de extracción, así conseguiremos que nuestro sistema funcione de la forma más eficiente posible.

Por último, podemos evitar que los humos procedentes de la cocina creen olores persistentes tanto en la propia cocina como en otras salas del restaurante. Para ello, podemos ofrecerle un tratamiento de ozonización que mediante unas máquinas concretas para este uso eliminan los olores, creando un ambiente aséptico en la cocina. Este proceso puede hacerse de manera continuada o periódica, según las necesidades y dimensiones de la cocina. El tratamiento con ozono mejora la calidad del aire de la zona con la que se trata, actuando también como agente desinfectante y dejando un olor neutro y un ambiente sin humos y sin interferir en los productos y alimentos.

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