De igual manera es importante estar atentos a la limpieza de los espejos y cristales. Estos son bastante propensos a acumular suciedad, ya que están en contacto directo con el exterior. Además, un cristal sucio impide que se aproveche adecuadamente la luz natural.
Factores como la lluvia, el clima en general, partículas de polvo y tierra, o algunas que otras huellas de manos, pueden ensuciar con facilidad los cristales exteriores e incluso complicar la visión del local desde la calle, afectando directamente la imagen de su negocio.
Lo ideal es que los cristales de los escaparates se limpien 2 o 3 veces a la semana como mínimo, aunque la frecuencia puede variar según la necesidad específica de cada local.
Por otro lado, la limpieza de la parte interna de los cristales puede ser más esporádica ya que no se ensucian con tanta frecuencia. En cuanto a la limpieza de los espejos del interior del local, esta debe ser a diario.