Uno de los métodos más eficaces y sencillos que se usa en la limpieza profesional es el método del código de colores. Este tipo de método ayuda a precaver la contaminación cruzada.
Para evitar que unos materiales que se utilizan en una zona, no se usen en otra, es importante señalizarlos con colores. Cada tarea se marca con un color determinado para que no haya confusiones. A modo de ejemplo podemos decir que la limpieza de los sanitarios tendrán su propio color, la recepción otro diferente, el área de la cocina otro y así sucesivamente.
No existe una norma que exija la adjudicación de un color a una tarea determinada, pero sí que suelen adjudicarse los colores siguiendo un uso standard de los mismos. Normalmente el color verde se utiliza para señalizar las zonas en dónde se manipulan alimentos y el color rojo para señalizar las zonas que conllevan un riesgo bacteriológico alto.
En este artículo vamos a conocer el uso de código de colores que se aplican a la limpieza profesional.
Evitar accidentes etiquetando utensilios de limpieza con colores
La bayeta es un artículo muy utilizado para la limpieza. La variedad de colores no es casual. Podemos encontrar bayetas azules, verdes, amarillas, blancas… que favorecen el orden a la hora de limpiar. Cada color de bayeta lo adjudicamos a una tarea específica de limpieza y así conseguimos un orden y una desinfección mayor. Este tipo de orden basado en los colores es parecido al que se utiliza como ejemplo de código de colores en el laboratorio, que ayuda a que no se contaminen las muestras.
Estos son unos pequeños ejemplos de códigos de colores que podemos encontrar en el mundo industrial:
- Verde: Este color se suele reservar para la manipulación de alimentos y limpieza de cocinas. También hemos visto el color verde para la limpieza de quirófanos y hospitales.
- Azul: Podemos distinguir en el color azul la limpieza de las superficies en general. Limpieza de mesas, de bandejas, de sillas de un bar o de un restaurante…
- Amarillo: El amarillo está destinado a la desinfección de los utensilios de cocina, así como a la limpieza de baldosas y azulejos.
- Blanco: Destinado a limpieza en general.
- Rojo: Destinado a la limpieza de baños, servicios, suelos y como hemos mencionado antes, el color rojo también se utiliza para la limpieza en donde se supone que existe un mayor riesgo bacteriológico.
Procesos de contaminación
Una vez conocidos los colores, es importante resaltar que, en el campo de la alimentación, existen varios procesos que intervienen en la contaminación:
- Biológica: Es la causa más común de contaminación en los alimentos. Se produce cuando existen microorganismos patógenos en los alimentos que los van destruyendo.
- Química: Los alimentos también pueden contaminarse cuando entran en contacto con sustancias químicas como pueden ser productos de limpieza o medicamentos.
- Física: Este tipo de contaminación se produce cuando podemos ver objetos extraños en un alimento, como por ejemplo, polvo, vidrios, fibras de escobas, etc.
El uso de códigos de colores nos ayudan a prevenir, como hemos mencionado al principio del artículo, la contaminación cruzada cuyo origen es biológico. De este modo podemos evitar que los microorganismos lleguen a las zona de producción o que pasen de una zona de la empresa o fábrica a otra zona.