Desde hace algunos años, la vitrocerámica es la protagonista por excelencia de las cocinas españolas, desplazando a opciones más tradicionales, como los fogones de gas, y sin llegar a ser desbancada del todo por las más modernas, como la inducción. Sin embargo, dentro de todo lo que supone limpiar la cocina, mantener la vitro en perfecto estado durante toda su vida útil parece una misión imposible. Y tú, ¿sabes cómo limpiar la vitrocerámica correctamente?
Cómo limpiar la vitro para que dure más
Es un electrodoméstico de uso diario, que además se usa para cocinar, lo que provoca que sufra manchas, salpicaduras y, en muchas ocasiones, incluso quemaduras. Arrancar la suciedad incrustada no siempre es fácil y muchas veces tendemos a utilizar productos demasiado abrasivos, que pueden dañar el perfecto brillo de nuestra vitrocerámica.
Para realizar una limpieza correcta, sigue los siguientes pasos:
- Deja enfriar por completo la placa antes de empezar a limpiarla. Esto es fundamental, tanto por seguridad (evitarás quemarte) como para asegurarte de que no se estropea.
- Elimina la suciedad superficial con una bayeta suave mojada y un poco de jabón, realizando movimientos circulares. Si hay salpicaduras de aceite, utiliza un papel de cocina absorbente para quitarlas antes de empezar.
- Rasca la suciedad más incrustada con una rasqueta específica, que encontrarás en cualquier supermercado. La inclinación ideal es de 30º y recuerda no hacer demasiada fuerza para evitar hacer rayones en el cristal. A continuación, pasa un paño suave para retirar los restos de suciedad rascados.
- Utiliza un limpiador específico de vitrocerámicas para pulir el cristal y sacarle el brillo. Aplica una pequeña cantidad sobre la placa y sigue las instrucciones del fabricante acerca de cuánto tiempo dejarlo y cómo retirarlo.
- Finalmente, seca la superficie con un paño limpio y seco.
Si sigues estos pasos, evitando siempre el uso de productos abrasivos, la vitro aguantará como nueva mucho más tiempo.
Cómo recuperar una vitrocerámica muy sucia
A veces, no tienes la suerte de estrenar, sino que te mudas a una vivienda que ya tenía vitrocerámica y con la que sus anteriores dueños no fueron muy cuidadosos. Nuestros expertos en limpiezas urgentes en Madrid han visto vitrocerámicas que parecían irrecuperables y han logrado dejarlas como nuevas. Antes de lanzarte a sustituirla, puedes intentar aplicar sus trucos.
- Echa vinagre blanco sobre la placa, extendiéndolo con una bayeta y haciendo especial hincapié en las zonas más sucias. Déjalo actuar un par de minutos y utiliza la rasqueta para eliminar las manchas incrustadas.
- Elimina el exceso de vinagre y la suciedad con una bayeta limpia y seca con papel de cocina.
- Aplica un poco de pasta de dientes en cada fuego y extiende con movimientos circulares, haciendo un poco más de presión en las zonas con manchas más rebeldes. Vuelve a pasar la rasqueta por toda la placa.
- Vuelve a pasar una bayeta seca con movimientos circulares por toda la vitro, extendiendo de nuevo los restos de pasta de dientes que aún quedaran.
- Utiliza una bayeta mojada para eliminar por completo la pasta de dientes y, una vez que lo hayas conseguido, aplica alcohol de limpieza diluido en agua con un pulverizador.
- Seca con papel de cocina, aprovechando para pulir el cristal y recuperar todo su brillo.
Se me ha quemado aceite en la vitro, ¿cómo lo limpio?
Por mucho cuidado que tengas al utilizar y limpiar tu vitrocerámica, es inevitable que ocurran accidentes en la cocina de vez en cuando. Que se derrame un poco de aceite mientras estás friendo algo y se queme con el calor de la placa y de la sartén, dejando una mancha difícil de eliminar es uno de ellos.
¿Te ha pasado? Pon a prueba este truco: haz una pasta con dos cucharadas de café de bicarbonato y 100 ml de agua y extiéndela por encima de la mancha (recuerda, siempre que la placa esté completamente fría). Déjala actuar un corto espacio de tiempo y vierte encima un chorrito de vinagre. Limpia pasados unos 5 minutos. ¿A que la mancha ha desaparecido?
